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Aunque la ecocardiograf�a ha sido usada en cirug�a card�aca a principios de los a�os 80, no es hasta la introducci�n de �sta por la v�a transesof�gica que tiene su auge, donde se pueden asesorar las presiones de llenado del ventr�culo izquierdo, fracci�n de eyecci�n, movilidad de la pared regional, engrosamientos y desplazamiento de la pared. Desde entonces, ha ganado gran popularidad como un monitor intraoperatorio de la funci�n ventricular izquierda y del aparato valvular, esto �ltimo siendo casi rutinario para el diagn�stico o tratamiento de esta patolog�a sobre todo en procedimientos de plast�as en el periodo inmediato a su reparaci�n (prediciendo estenosis y/o insuficiencias residuales). Los primeros trabajos experimentales demuestran que la oclusi�n de la arteria coronaria en forma aguda resulta en movilidad parad�jica del miocardio de la regi�n isqu�mica; en pocos segundos de isquemia se desarrollan anormalidades en el movimiento de la pared regional, lo cual fue observado junto con un aumento en la producci�n de lactato mioc�rdico.
    Al comparar ecocardiograf�a transesof�gica versus ECG y PCP perioperatoriamente en pacientes con o en riesgo de enfermedad coronaria tiene demostrado que los cambios en los movimientos de la pared mioc�rdica ocurren tempranamente y son un indicador m�s sensitivo de isquemia que los cambios en segmento ST y que los cambios observados en la PCP. Las anormalidades del movimiento de la pared regional sugestivos de isquemia fue infrecuentemente disparado por cambios en la hemodinamia, implicando que los cambios fueron m�s una alteraci�n de la oferta que de la demanda de ox�geno mioc�rdico.