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En pacientes con funci�n ventricular normal, se pueden usar benzodiacepinas, etomidato e inclusive barbit�ricos como agentes solos o en combinaci�n con opi�ceos o anest�sicos inhalados. Debe tenerse cuidado cuando se administran en presencia de disfunci�n ventricular ya que pueden precipitar un estado de choque.
Desde la introducci�n de grandes dosis de morfina en cirug�a card�aca estos han tenido gran auge sobre todo los sint�ticos, aunque la superioridad de un opioide sobre otro no ha sido demostrada en cirug�a vascular o de coronarios. El uso de opioides quita el efecto depresor mioc�rdico comparado a otros inductores ya que provee estabilidad hemodin�mica a dosis usadas cl�nicamente (fentanyl 50-100 �g/kg, sufentanyl 10-20 �g/kg); sin embargo a estas dosis no previenen en forma constante la respuesta hipertensiva durante la cirug�a, esto relacionado parcialmente a la funci�n ventricular. La administraci�n simult�nea de una benzodiacepina o bajas concentraciones de agentes inhalados pueden proveer amnesia satisfactoria.
    El uso concomitante de opioides y benzodiacepinas puede inducir hipotensi�n secundaria a la disminuci�n de las resistencias vasculares sist�micas y a disminuci�n en la secreci�n de catecolaminas adrenomedulares, esto siendo m�s marcado en el paciente anciano e hipovol�mico con funci�n ventricular deprimida. Los opioides tipo fentanyl son vagot�nicos, lo que quita el mecanismo compensador de taquicardia en respuesta a una disminuci�n de la resistencia vascular sist�mica. El pancuronio con su propiedad vagol�tica puede prevenir la excesiva bradicardia, que algunas veces se observa en pacientes que toman betabloqueadores. Contrariamente, el uso de vecuronium o atracurium puede magnificar este problema de bradicardia. La hipotensi�n observada con la morfina al liberar histamina, est� resuelto con los opioides sint�ticos, aunque el t�rax r�gido puede observarse con estos �ltimos pudiendo comprometer la ventilaci�n, siendo m�s frecuente con la administraci�n r�pida y en peque�as dosis, por lo que es conveniente administrar peque�as dosis de un relajante no despolarizante antes de administrar opioides. El uso de altas dosis de opioides prolonga el tiempo de emergencia y de extubaci�n en contraste con anest�sicos vol�tiles o con infusi�n de drogas anest�sicas intravenosas.